¡Hoy ha sido dia de partido! ¡Y sí! ¡¡Tenemos entradas para ver a los Phillieeeees!! Después de comer marshmallows al fuego en una hoguera casera, ¿qué puede haber más americano que un partido de béisbol?
¡Gracias a las clases fugaces pero magistrales de la experta del Spanish team en béisbol, Susanita, Cristina y yo llegamos súper motivadas al campo! Cabe decir que las clases las tomamos entre un par de cervezas la noche antes y eso siempre agudiza la retentiva, ya sabéis...jejejeee! Con un montón de información lista para poner en práctica comentando cada jugada, y con nuestras gorras nuevas de súper hinchas salimos de casa al medio día para ir al campo prontito.
Porque cuando el pitcher tira mal la pelota y el bateador no intenta batearla es una bola, y con 4 bolas el bateador avanza una base. Si hace muchas bolas y tiene problemas para encajar el pelotazo habla con el catcher, que le hace señas y le chiva el punto flaco del bateador. Y entonces el bateador puede hacer un strike o un foul (si la pelota se va para atrás), que se apunta strike hasta cuando son 2, y con 3 strikes es out, o sea que está eliminado. Y entonces están los jardineros, que deben coger la pelota al vuelo cuando la tiran los bateadores, porque si se va a Cancún y los jardineros no llegan es un hit y le da tiempo a los que atacan a hacer carreras o runs y quien hace más runs gana. Vaya, que os ha quedao clarisísimo, no? Jejeeeee...
Antes de coger el metro que nos llevara hasta el Citizens Bank Park, el estadio de "nuestro" equipo, pensábamos dar un paseíto por Broad, la avenida de las artes, que íbamos con tiempo y nos quedaban por ahí un par de cosas por ver... ¿Pero sabéis lo que le pasa a casi todos los dibujos animados cuando con su mente de gordos huelen la comida que más les apetece del mundo? (si no sabéis a qué me refiero mirad esta foto del pájaro carpintero...).
¡Pues eso mismo nos pasó a nosotras! La intención era llegar a Broad Street y pasear por allí, pero un sabroso olor a salchicha alemana nos obligó a cambiar nuestro rumbo y detenernos en Brü, uno de los bares más famosos de Philadelphia, por sus salchichas pero sobre todo por sus cervezas, que son un montón y buenísimas!
Y con el estómago bien lleno y sin tiempo de ver absolutamente nada en la avenida de las artes (otro día será si no nos detiene Brü...jejejeee), llegamos al Sport Complex de Philadelphia, el lugar dónde están ubicados todos los campos famosos de la ciudad, uno al ladito del otro.
Y por fin entramos en el estadio!
¡¡Let's go Phillies!! ¡¡Let's go Phillies!! ¡Iba a ser un partidazo! Y más porque jugaban contra los Cardenales de Sant Louis, el equipo a los que habían súper ganado el día anterior y los hinchas estaban eufóricos, y el campo a reventar (41.000 espectadores) y los puestos de hot dog en marcha y los niños con sus gorros de Phillie Fanatic, la mascota del equipo y todos: ¡¡Let's go Phillies!! ¡¡Let's go Phillies!!
Pero no fue así...hacía un frío que pelaba, los Phillies no daban pie con bola y al 5º inning el estadio se medio vació...y es que dedujimos que los jugadores vieron a las "Spanish Girls" y eso fue lo que les desconcentró. ¡Perdieron por 5 runs a 0! Ni un run marcaron por nosotras...A pesar de todo nos lo pasamos súper bien! Entre inning e inning la cámara enfocaba al público y era súper gracioso ver cómo todo el mundo hacía el indio por su minuto de gloria, y nos comimos un perrito, y el Phillie Fanatic hizo pallasadas desde el campo y vivimos el ambientillo de un partido, que aunque no fue existoso fue nuestro primer partido en yankilandia del deporte nacional.
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