El viernes post-guardia (de una guardia de verdad, de esas hasta el día siguiente, aunque para no perder la costumbre, sin demasiada actividad) lo hemos dedicado casi todo a dormir ya que teníamos que recuperarnos para levantarnos justo a tiempo para ponernos guapas y salir de nuevo al hospital, aunque esta vez no para ir a la trauma bay, sino para encontrarnos con Pascual, que nos venía a recoger allí para llevarnos a su casa a la cena super-familiar que había montado su mujer y los 4 niños que tiene.
Esta foto es en el hospi, vestidas de civiles, dónde después de la segunda foto casi nos detienen! Por lo visto no dejan hacer fotos dentro del hospital...por seguridad, dicen. Vaya usted a saber!
Pascual es el attending que nos ha acogido aquí, el contacto de Salvador mediante el que hemos tramitado la rotación. Es majo aunque lo es más en su casa que en el hospital, donde a veces nos da un poco de miedo... Creíamos ser invitadas únicamente por compromiso y de la misma manera íbamos nosotras. Pero no sé si fueron las 4 fierecillas que tiene por niños o lo rico de la cena que montó su mujer lo que hizo que finalmente se convirtiera una cena de voy-porque-no-queda-más-remedio en un rato realmente agradable.
Como os podéis imaginar vive en una casucha enorme, con su propio laguito y mini-bosque donde los enanos se pierden y dónde después de la cena bajamos todos a comer el postre más típicamente americano que os podéis imaginar: marshmallows al fuego, con chocolate y entre galletas. Los marshmallows son las clásicas nubes, que a la americana se hacen en una hoguera. Consiste en enganchar las nubes a palos largos de madera, acercarlas al fuego y cuando ya estan marroncillas ponerlas entre galletas y añadirles chocolate...una guarrada demasiado dulce pero tipiquisísima y que suele encantar a los niños. Como era de noche y sólo estaba la luz de la hoguera no tengo fotos del invento yanki, pero os dejo una foto del google, que tiene su gracia.
Aquí estan las nenas en la hoguera y en la otra foto con la princesa de la casa, la única niña entre los hijos de Pascual.
Después de la velada, y el par de cervecitas que nos tomamos durante la cena, nos quedó más ganas de marcha a pesar de la lluvia, con lo que decidimos que íbamos a aprovechar el viernes noche para dejarnos caer por nuestro pub ya casi habitual, Milkboy.
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