Día 27- Amish

Hoy hemos visitado un pueblo Amish. Maritza y Brian han vuelto a pasearnos (ahora a la 3) este fin de semana y nos han llevado a conocer una de las comunidades más grandes del mundo de esta curiosa gente. Ha sido un gran día, redondeado por una cena tremenda que luego os cuento!

Antes de llegar a Lancaster, la ciudad donde está afincada esta comunidad, hemos pasado por la tienda más conocida en Pennsilvania de adornos de Navidad, y como somos unas locas navideñas (las 3) no hemos podido resistir la tentación de parar a curiosear y comprar unos adornitos para el próximo Christmas tree. Por lo visto, y como está todo el año abierta, esta tienda recibe autocares enteros de gente que viene a visitar el museo, donde explican cómo es la Navidad en distintos lugares del mundo.

Esta es nuestra cara de susto mientras esperábamos que vinieran a buscarnos a la estación de metro en la que habíamos quedado...estamos en la zona prohibida (el oste de Philadelphia)!! Y hemos sido las únicas blancas del vagón en las últimas 15 paradas!! Casi sin dar la nota, vaya...

Este par de fotos son a la entrada del "Amish Village", el punto turístico desde donde sale el autocar que te lleva a hacer el tour por la comunidad Amish. En este mismo sitio hay una muestra de una casa Amish, con sus elementos decorativos y demás cosas típicas... luego os enseño las fotos!

Los Amish son agrupaciones religiosas de docrina anabaptista que se mantienen ancladas en el pasado a pesar del paso de los años, eligen un estilo de vida sencillo y se aíslan del mundo exterior rechanzando el uso de la tecnología moderna. Se caracterizan por su creencia en el Nuevo Testamento, su vida desarrollada en asentamientos apartados de la metrópolis, la defensa de valores como el pacidismo, la humildad, la vida sencilla y el trabajo, y su vestimenta al estilo del siglo XVII o XVIII.

Muchos amish, especialmente los de la vieja guardia, son reconocidos por evitar usar todo tipo de tecnología moderna. Objetos como coches, televisores, teléfono y electricidad son excluidos del estilo de vida permitido por las normas sociales de la comunidad debido a que son considerados elementos distractores en la vida. Para transportarse usan carretas tiradas por caballos.

En esta foto de aquí se ve la carreta ahí al fondo, circulando por una de las calles del pueblo, aunque también se pueden ver estas carretas en la ciudad o incluso en las carreteras que llevan a ésta, ya que en ocasiones los Amish tienen que viajar por negocios, básicamente comerciales.

En estas estamos apretujadísimas en unas carretas que había en el Amish Village...tenemos que ir más al gym para poder ser Amish, porque nuestros 3 culos casi no cabían en el sitio donde viajan familias enteras!

Las de ahora son alguna de las fotos de las casas de los Amish, con sus cuadras donde duermen los caballos y sus medios de locomoción ahí "aparcaditos".

Las de ahora son buenísimas!! Son las fotos de cuando Susana quedó tan hipnotizada por las palabras de la guía que nos hacía el tour desde el autobús. Perdió el conocimiento pero mal!! Jejeeeeee...


























En las fotos del interior de la casa veréis alguna de la ropa que usan. Para algunos grupos, el código de vestimenta incluye la prohibición de botones (o éstos han de estar tapados, en su defecto), permitiendo únicamente el uso de gancho y ojales para mantener la ropa cerrada. Los Amish son notables por la fabricación de sus propias prendas, y la calidad con la que elaboran sus edredones. Típicamente un hombre amish siempre estará bien afeitado durante su soltería, hasta que al casarse dejará que su barba crezca. El bigote además está prohibido por ser visto como símbolo del militarismo. Las mujeres no se cortan el pelo nunca en la vida, y lo recogen en un moño con la raya en medio. Va siempre cubierto por unas especie de gorrito de tela fina.

Una de las cosas que a mi me pareció más curiosa es lo que los amish llaman la runspringa. Aunque se espera que los niños amish sean obedientes a sus padres en todos los aspectos, cuando son mayores, durante la adolescencia (alrededor de los diciéis años), se les permite salir al "mundo" para probar el modo de vida del "exterior" durante un año. Este periodo se llama runspringa. Posteriormente, tendrán que tomar la decisión de decidir bautizarse dentro de la iglesia amish o, por otra parte, abandonar la comunidad. De esta forma, ellos podrán elegir voluntariamente cuál es el modo de vida que quieren. Generalmente la mayoría de los jóvenes decide regresar a la comunidad Amish para ser bautizados y vivir cerca de su familia, y se considera que sólo algunos eligen no hacerlo y vivir el resto de su vida en la sociedad externa. Esto último conlleva en algunas comunidades un rechazo de la iglesia Amish y a veces la pérdida de contacto con sus familiares, aunque no siempre pasa esto.

El tour por el pueblo Amish llegó a su fin, pero después del ya casi obligado paseo por el Supermarket del fin de semana, Susana se inspiró y nos hizo un poco más venezolandas al darnos de cenar las arepas de harina pan al horno tan tipiquisísimas de su tierra...ñaaaaaaaaaam!